Robert “Bob” Ridley, residente en East Ridge, es un ferviente coleccionista. Recientemente compartió su colección con sus vecinos cuando celebró una jornada de puertas abiertas en su residencia. La gente se asombraba de su extensa colección de artefactos de Florida y apodó a su casa “Museo de Ciencias Naturales de Ridley”.
Su hijo, Mark, le ha ayudado a ordenar y catalogar la colección, que rebosa en estanterías, tableros de mesa y otros muebles, incluidas las mesas plegables de su porche.
Bob lleva coleccionando desde los 16 años, cuando crecía en Miami Beach. Su afición no es exigente. Dice que ha coleccionado de todo, desde conchas, coral, caparazones de tortuga y fósiles hasta botellas, huesos y plumas de pájaro. Sus historias de coleccionismo son tan entretenidas como los objetos que ha acumulado.
Algunos de sus primeros tesoros los encontró cuando los contratistas iniciaban nuevas construcciones y desbrozaban los solares de Miami. Buscaba fósiles y rocas interesantes después de desenterrar los yacimientos y antes de empezar a construir.
Con frecuencia salía de caza con su hijo y encontraba vértebras en los bosques y conchas y rocas en los ríos y arroyos de Florida. Recuerda un viaje en el que vio un caimán muerto junto a la I-75. Lo enterraron y volvieron varios meses después para recoger el cráneo que aún conserva.
También se recogieron tesoros de cráneos de ciervos y cerdos cazados en el rancho Lucky L, cerca de Yeehaw Junction. Acampó en los alrededores de Horse Creek, que desemboca en el río Peace, y allí también encontró botellas y conchas antiguas.
Uno de sus pasatiempos familiares favoritos era la búsqueda de fósiles en la costa oeste de Florida y especialmente en Venice Beach, en busca de dientes de tiburón y otros fósiles. Su familia, compuesta por su esposa Millie, Mark y su hija Kim, se unió a él en estos viajes en busca de dientes de tiburón que ahora llenan cuencos.
A los 50 años, Bob se jubiló del Ayuntamiento de Miami como agente de compras, lo que le permitió disponer del tiempo necesario para dedicarse a estos intereses. Cuando se mudó a East Ridge en 2014, redujo parte de su colección, incluidas muchas de las cientos de botellas que había encontrado. Sus favoritos están expuestos en una vitrina iluminada de la que disfruta.
Uno de sus fósiles más singulares es un hueso de mastodonte que un amigo encontró en Venice Beach. Una universidad confirmó el fósil y que podría tener 130.000 años.
Además, Bob colecciona arte de Florida y posee varios grabados en acuarela de Phil Capen que recuerdan las escenas que él recuerda de la caza y la pesca. También tiene los grabados de Ben Isenberg de Coconut Grove.